Lisboa
Es la ciudad del fado, de los tranvías, de la ‘saudade’ –esa palabra de difícil traducción, aunque nos atreveremos a definir como nostalgia– , del bacalao y los pasteles de nata. Y es mucho más. Lisboa tiene su propio ritmo y es muy fácil acostumbrarse a él.
Encuentra tu estancia perfecta!
Sobre Lisboa
La esencia portuguesa
Vigilando desde la colina más alta de Lisboa se encuentra el Castillo de San Jorge, desde donde se obtiene una de las vistas más privilegiadas de la capital portuguesa.
Después hay que descender y perderse por el laberinto de calles que conforma el barrio de Alfama, el más antiguo de la ciudad, y que conserva su esencia más tradicional entre casitas de colores pastel y pequeños locales donde escuchar fado.


Pero son muchos los barrios que merecen la pena en Lisboa. Una buena opción para recorrerlos es subiéndose al icónico tranvía 28, que recorre Estrela, Barrio Alto, la Baixa o Chiado. Este último, con sus cafés, tiendas y galerías se ha convertido en epicentro bohemio de la capital lusa.
Lisboa también tiene una cara aristocrática, que se explora a través de la Avenida de la Liberdade, construida en el siglo XIX al estilo de los Campos Elíseos de París.
El Tajo, los exploradores y el imperio colonial portugués
Uno de los recorridos más especiales por la capital portuguesa discurre a orillas del Tajo, en los siete kilómetros que van desde la Plaza del Comercio hasta el barrio de Belem, desde donde partían en los siglos XV y XVI los exploradores portugueses a la conquista de tierras desconocidas.
Aquí llaman la atención el Monumento de los Descubrimientos, la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos.
