Distrito de Faro

Los placeres del Atlántico

La región más meridional de Portugal se ha convertido en una de las costas más codiciadas del país. Famoso por sus playas salvajes y una rica tradición marinera, el Algarve dibuja un pintoresco paisaje entre acantilados rojos, flores silvestres y pequeñas localidades llenas de casas encaladas.

Lagos y Faro (capital de la región) son dos de sus ciudades principales con un interesante legado medieval y árabe. Entre ambas se suceden las villas, hoteles y lujosos alojamientos de diseño con piscinas y campos de golf que se convierten en el sueño de cualquier ‘feed’ de Instagram.

La variedad de localidades va desde somnolientos pueblos marineros llenos de tradición como Alte y Paderne hasta centros turísticos como Albufeira, famosa por su animada vida nocturna.

La riqueza gastronómica del Algarve es otro de sus atractivos. Restaurantes con estrella Michelin como Bon Bon (Carvoeiro) conviven junto a pequeñas tabernas que sirven almejas con cilantro y pasteles de almendra. Sin olvidar Santa Luzia ‘capital mundial del pulpo’, donde se saborean infinitas variedades del manjar más solicitado de la costa.

De playa en playa

Sin duda la costa escarpada del Algarve es su mayor atractivo. Más de 150 playas despliegan sus múltiples atractivos para elegir. Los acantilados, además de servir de telón de fondo, bloquean el viento, haciendo más cómodas las jornadas en al mar.

En para hacer surf las playas de Sagres, junto con la playa de Amado (Carrapateira) y Aljezur (Faro) son las favoritas. Las más salvajes están en los acantilados de piedra caliza en Ponta da Piedade, una de las formaciones naturales más espectaculares de la costa con arcos de roca y grutas ocultas.

Mientras que los que buscan relax acuden a Praia da Marinha (Lagoa), una de las más famosas del Algarve. Más allá de la costa atlántica el parque natural de Ria Formosa alberga lagunas, pantanos y marismas.