Ílhavo

Corazón marinero

Los habitantes de Ílhavo llevan dedicándose a la pesca desde tiempos inmemoriales. Muchos se embarcaron en la ‘Faina Maior’ que les llevaba hasta los lejanos mares de Terra Nova en busca del bacalao.

A ellos se les rinde homenaje en el Museo Marítimo de Ílhavo, dedicado a este arte, con ejemplos de viejas embarcaciones e instrumentos de navegación.

Otro homenaje, esta vez culinario, está en los restaurantes de Ílhavo que lo preparan de cientos de maneras diferentes y en el Festival de Bacalao que celebran cada mes de agosto.

Ciudad de porcelana

No por su delicadeza, sino por su conocida Fábrica da Vista Alegre. Su aparición dio lugar al primer distrito industrial de Portugal, un complejo que todavía merece la pena visitar por su museo, las tiendas y, por supuesto, por sus porcelanas. Se sitúa desde hace 170 años en uno de los brazos de la ría y en él se puede visitar la Capilla de Nuestra Señora de Penha de Franca.

Además de este distrito, Ílhavo acoge otros monumentos de interés, como el Faro de la Praia da Barra, la curiosa villa Pueblo Africano, de estilo art nouveau, o el palacio Solar dos Maias, de finales del siglo XVIII. Además, en la playa de Costa Nova se pueden observar las fotogénicas casas a rayas de colores, llamadas ‘pajares’.